lunes, 30 de junio de 2008

Foto, foto, foto, foto, foto, foto







Me tiene loco esta foto que salió en Clarín.com. No sé si responderá a alguna característica áurea, pero yo veo, por ejemplo, la perfecta línea que forman la grúa y el puente de la mujer, finalizando en un cuadrilátero deforme.
Las farolas del camino se van repitiendo simétricamente en el punto exacto. Magritte les hubiera dibujado la copa del paraguas, porque son el mango, ¿no me digan?
Para colmo, los árboles parecen dibujados con aerógrafo, intentando cubrir demasiado bien las superficies.
A todo esto, le agregamos el reflejo de las torres en el agua, que junto a la niebla, nos hace sospechar si en realidad no se trata de una pintura del medioevo. En Europa, digamos. En Carcassonne, digamos. Entre castillos y bosques.

Para el fotógrafo, un aplauso, por favor.


Over.



domingo, 29 de junio de 2008

Pozo negro

Que no se llenen de luna tus pupilas
mientras estalla la injusticia del pasado
mientras el tiempo ciego de palabras
colma de odio tu esperanza

La subversión de todo este prejuicio
arderá en tu sangre para siempre
aunque dudes en el insomnio
de toda tu lucha llena
de caos y disidencias

Over.


¿Cómo se dice?



Hay una línea de la canción “Oh, my love”, de John Lennon, que dice:”for the first time in my life / my mind can feel” A mí me parece hermosa, porque en pocas palabras contrapone la rigidez y frialdad lógica que se le atribuye a la mente, y le agrega esa condición románticamente asociada al corazón. La traducción es sencilla: “por primera vez, mi mente puede sentir”.

Ahora, distinta es la responsabilidad de quien traducía la canción que llevó a la fama a la banda Green Day. Me refiero a “Basket case” que yo leí con mis propios ojos en el videograph del extinto Music 21 traducido como “El caso de la canasta”. A veces, uno carece de diccionarios o herramientas que nos ayuden a traducir ciertos conceptos, pero queda claro que el sentido común no se enseña ni se aprende. La traducción correcta sería: “Caso perdido”, y el sentido está en la simbolización de "basket" como lugar donde se arroja algo, en este ejemplo, el caso al que se hace referencia.

Ni hablar de la hermosa canción que Gerry Conlon escucha en el ferry que lo lleva a él y a su amigo a Londres, un tiempo antes de ser injustamente detenido y acusado de ser miembro del IRA. Sí, me refiero a “Like a Rolling Stones”, la canción que Bob Dylan incluyera en su disco “Highway 61 Revisited”. Treinta años más tarde, la banda de nombre homónimo, graba una versión imprescindible de la misma canción. Las traducciones estuvieron a la orden día: “Como un Rolling Stone” “Como canto rodado” “Como un canto rodado”, “Como piedras rodantes “Como un vagabundo”, etc.

Primero habría que aclarar que el origen del nombre la banda no proviene de esta canción sino de una de Muddy Waters llamada “Rollin’ Stones blues”. En segundo término, tenemos que tomar una decisión: traducción literal o traducción interpretada. No tengo la más mínima duda de que en el caso de una canción, cuando sólo damos a conocer el título, debemos hacer todo nuestro esfuerzo para apelar a la interpretación y no a la literalidad.

Para hacerlo simple: “rolling stone” significa piedra rodante, que hace referencia a canto rodado, ya que lo de “piedra rodante” no es usado para ese significado ni para otro en particular. Ahora bien, a no ser que sea una oda gremial o trabajadora dedicada a los obreros de una cantera, es claro que estamos ante una simbolización. No muy rebuscada, por cierto, y evidentemente hace referencia quien anda sin rumbo por la vida. ¿Cuál es la palabra que se le asigna a tal individuo? Bueno, podría ser “vagabundo”, “bala perdida”, “nómada”, “mendigo”, quizáz. Por lo tanto, elegir sinónimo y a traducir como corresponde. ¿Estamos?


Once upon a time


Over.

Lógicamente, Ludwig







Claro, la dificultad no reside en la extensión sino en la brevedad de las sentencias, y así Wittgenstein, en vez de llenar hojas y hojas con razonamientos, sólo publica el resultado final de sus juicios. Y está bien, porque nos obliga a odiarlo, a hundirnos en la incomprensión para que una vez ahí luchemos para analizar sus ideas y apoyarlas, aplaudirlas o refutarlas.

Ya Bertrand Russell nos avisa en prólogo a la edición inglesa, que la idea del Tractatus es la de analizar las condiciones para un lenguaje perfecto, pero sabiendo de antemano que eso es imposible, y que en realidad la intención es lograr el más pleno acercamiento a tal perfección.

Cuando Russell nos comunica que el hecho de que yo diga que el sol va a salir mañana es simplemente una aseveración basada en que el sol salió ayer y anteayer y que lo “mas probable” es que salga mañana, no hace más que citar las líneas 6.36311 y 6.37 del Tractatus, las cuales rezan respectivamente: “Que el sol vaya a salir mañana es una hipótesis; y esto quiere decir: no sabremos si saldrá.” “No hay una necesidad por la que algo tenga que ocurrir porque otra cosa haya ocurrido. Sólo hay una necesidad lógica.”
Por tanto, el lector cuya memoria es indomable, compartirá conmigo esta alteración a la sentencia borgeana: “La lógica es una abuso de la estadística” Y la navaja de Occam es el ejemplo más caro a esta declaración.

Por caso, Guillermo Martínez ya nos hablaba de la refutable serie lógica. Si anoto los números 1,2,3 y 5 y pregunto cual falta para completar la serie, es casi unánime la elección por el número 4. Eso sería en el caso de que la serie quiera representar la sucesión de números naturales enteros. Pero esa elección no responde a ninguna lógica arquetípica, si es que de algún modo existe tal forma.

Cuando leemos en la línea 4.11 que “Una obra filosófica consta esencialmente de aclaraciones”, creo que entendemos la declaración de principios con la que Wittgenstein encara su obra.
Por otra parte, el autor nos habla de la necesidad de tener un solo nombre para cada elemento, y de allí se desprende la línea 4.0412: “Las proposiciones “p” y “~p” tienen sentido opuesto, pero les corresponde una y la misma realidad.”

En esto último advierto una fisura, si se quiere, pero la voy a utilizar para aplicarla a la férrea matemática que simula ser un Titanic de las ciencias. Es que, ¿cómo podemos refutar la proposición: “6-3=3”? Pues bien, el nudo está en el símbolo, ya que todo número es representación, y el “6” como signo autártico e independiente es simplemente un error de concepto. Aquí entra la filosofía o la literatura, quién sabe, pero infantilicemos el razonamiento y propongamos que si tengo 6 manzanas y alguien me quita 3, entonces me quedan 3 manzanas. EL fondo no está en la cantidad sino en la esencia. ¿puedo hablar de 6 manzanas exactamente iguales en su esencia? ¿Podría ser que al quitar tres manzanas no pueda real y precisamente afirmar que me quedo con 3? Wittgenstein lo soluciona, a través del lenguaje, con el nombre “manzana”. Pero si salimos del lenguaje, ¿podemos hacer lo mismo?

Sí, ya lo sé, la pregunta no la omití a propósito, simplemente la dilaté: ¿Podemos salir del lenguaje?





Over.

jueves, 26 de junio de 2008

/ʃəˈwa/






Fricative, voiceless alveolar fricative, voiceless dental plosive, voiceless labiodental, plosive, labial, Labiodental, Dental Alveolar, Post-alveolar, Retroflex Palatal

Rhotic and non rhotic. Yo, non-rhotic.

Todo lo anterior y muchas gradaciones más, pequeñas diferencias, sibilant, glotal stop y aspiration. Todo lo que aprendemos de niños, hora tras día tras año.

Saber que horse, pluralizado, cambia ligeramente al pronunciarse. Algo que debería suceder con house, pero no. Y que bass no debiera ser /beis/, y que vase te frena con su /va:s/

Y que la "g" de coming, se nasaliza, digamos, y que Lancashire se pronuncia de varias formas en la misma Inglaterra. Sumándole el slang, el cockney, los localismos y los dialectos.

Schwa. Ubicuo comodín.

Schedule, ya lo sabemos.
Y que measure es una cosa y sure otra, y si no, a pronunciar esa "s".
De leisure, lo mismo que schedule, claro

Y el RP que nos enseñan aquí y en todo el mundo, con su infaltable Queen's English perfumándolo todo, solamente se habla en el “bienhablante” south-east inglés. O se hablaba. O ya no interesa. Repito: quienes nos dicen cómo pronunciar según lo que dicen los libros que enseñan a pronunciar, deberían aclararnos que esa pronunciación no es, digamos, real. Ok, real suena a mucho. Reformulo: no representa fielmente a la realidad. ¿Mejor así?

Toda la pronunciación y fonética que desborda y enseña en los libros, allí empieza y allí termina. Hasta que un Hugh Grant, una Emma Thompson o un Anthony Hopkins, de repente, nos hacen creer por un momento que todo es verdad, y que alguien habla como dice el profesor.

Most kind of you, Sir.



PD. Pero sí me acuerdo de Juan Llanos, que sabía demasiado para su edad y eso lo hacía equivocarse. Él quería hacer un diccionario de fonética con los diferentes "acentos" rioplatenses del lado argentino. Sí, desde el norte, digamos San Isidro o Tigre hasta el Sur, digamos Avellaneda. Libro invendible, de existir. Del que yo compraría uno, seguro, y lo llamaría para ayudarlo en la imposible segunda edición ampliada.



Over.

miércoles, 25 de junio de 2008

Pozo negro


Rugido de pez que agita la mar
de abajo hacia arriba
de arriba hacia abajo.
Gritos en ese tiempo lento
que es vivir bajo el agua.


Over.



PRESENTA REFUTACION






Cortito:

Acabo de leer la teoría de un señor que dice que la gente maneja mal el dinero y que si ahorrara 2 dólares diarios desde los 25 años, invirtiéndolos bien, a los 65 años tendría U$S 375.000,00.-. No hagan cuentas, esperen. Supongamos que tiene razón, y que es verdad lo de “el ahorro es la base de la fortuna”, ok, el señor está en lo cierto. La pregunta es, ¿qué significan 2 dólares a los 25 años, 5000 dólares a los 29, o toda esa guita a los 65? Digo, el ahorro tiene que significar algo en sí, debe pasar del símbolo a lo real de manera constante para que el supuesto fruto no sea una carga. Detrás del ahorro se refugia con sigilo la acumulación de capital, y de esta última sólo nace un equívoco sentimiento de bienestar. No dije: el ahorro no tiene sentido. Dije: el ahorro DEBE tener un sentido. No dije: el sentido del ahorro es su fin. Termino: el sentido del ahorro debe retroalimentarse.

Y la pregunta es: Juntar 2 dólares diarios y tener 375.000 a los 65 años, ¿está bien o mal? ¿significa algo bueno o malo? ¿es algo que se debe hacer? Cuando el hombre de 65 años viene y me dice: yo ahorré 2 dólares diarios desde los 25 años y ahora tengo una fortuna, ¿qué cara debo poner?

Over.

martes, 24 de junio de 2008

La tristeza no sólo es argentina





Era otra hora; de aquel lado de la edad en que ya entendemos todo y no nos importa. Cuando la gloria de los años vencidos venía cargada de felicidad. Opaca felicidad. Dije: ya entendíamos todo. No dije: éramos pedacitos ignorantes. Dije: No nos importaba nada de nada. Y me olvidé de decir: cada segundo se acoplaba a nuestros poros y el amor y la muerte eran la misma tragedia, hermosa, lejana y visceral.

De aquella hora, hasta aquí, siguen insistiendo algunas estrellas, páginas de seda y la música que viaja sin error, girando su envoltura infinita para que el mundo no pierda sentido.

Sentadito, sozinho, con el eterno pelo obligado a detener su libertad, Caetano Veloso frasea en un punto inalcanzable, la canción de Peninha. De transparente hondura, mecida mágicamente por la música que le da más vida a las palabras, es una de las, digamos, mejores cinco canciones de amor que conozco. Y conozco muchas.

La letra es simple, trivial, básica. Genial. El enamorado no puede evitar la serie de recriminaciones por las cuales debe alejarse del otro. Y cuando queda claro el dolor de la indiferencia, del obligado alejamiento, el encantamiento de un Ulises atado a los mástiles de su barca, grita, susurra, quiere saber, ya rendido: “onde está você agora?

Y sigo pensando que en la versión en directo, cuando Caetano pregunta: ¿Dónde estás ahora? Alguien de lejos grita: “Aquí”. Aquí.

Às vezes, no silêncio da noite / Eu fico imaginando nós dois / Eu fico ali sonhando acordado, juntando / o antes, o agora e o depois / por que você me deixa tão solto? / por que você não cola em mim?
Tô me sentindo muito sozinho! /Não sou nem quero ser o sua dona / É que um carinho às vezes cai bem / Eu tenho meus segredos e planos secretos / só abro pra você mais ninguém
por que você me esquece e some? / e se eu me interessar por alguém? / e se ele, de repente, me ganha? / Quando a gente gosta / é claro que a gente cuida / fala que me ama
só que é da boca pra fora / ou você me engana / ou não está maduro / onde está você agora?
Quando a gente gosta / é claro que a gente cuida / fala que me ama / só que é da boca pra fora / ou você me engana / ou não está maduro / onde está você agora?

Y la posible traducción:

A veces en el silencio de la noche / Me quedo imaginándonos a nosotros dos / Me quedo ahí soñando despierto / Juntando el antes el ahora y el después. / ¿Por qué me dejas tan suelto? / ¿Por qué no te pegas a mí? / Me estoy sintiendo tan solito / No soy ni quiero ser tu dueño / Es que un cariño a veces cae bien. / Yo tengo mis deseo y mis planes, secretos / Sólo los abro para vos, y para nadie más. / ¿Por qué me olvidas y despareces? ¿Y si yo me interesara por alguien? ¿Y si ella de repente me gana? Cuando la gente se gusta / Es claro que esa gente se cuida / Ella dice que me ama, sólo que es de la boca para afuera. / O me engañás o no estás madura / ¿Dónde estás ahora?

Pd: Y hay que escucharla, claramente. Sozinho.


Over.







lunes, 23 de junio de 2008

Pozo negro (versión perfumada de arrabal)




Águilas del deseo, miel de madrugada.

Llora el ojo su abismo de noche y frío.
Corre la lengua suave sobre el calor
de este día y de cada día.
De todas las cosas de este mundo,
mutiplicadas hasta el infinito,
me quedo con la insistencia febril
de tu mano sobre mi cara.
lentamente, sin coartada,
sin permiso y sin razón.


Over.


No toda es vigilia, es verdad.





No sé, siempre me pareció que un hilo cosía las aguafuertes porteñas de Arlt, las anécdotas verbales o escritas de Macedonio y los Cronopios, las Famas, las Esperanzas y las andanzas de ese tal Lucas del gran Julio. Hebra sutil que unía secuencias de un mismo acto literario, urdidos dentro del mismo fondo de cocción. Felices continuidades que no dolían ante semejanzas. Pena que no esconde su peso cuando del hilo ya cortado, Alejandro Dolina intentó hacer uso.


Macedonio Fernández tiene las características del Sócrates platónico, tomando Borges, en este caso, el lugar del ateniense. Nos consta que Macedonio existió, por la heterogénea obra que por estas Pampas, la editorial Corregidor publica en más volúmenes que la obra del propio Borges. Aunque quizás la inconsistencia tenga más que ver con el carácter inclasificable de sus composiciones. Novelas que comienzan, Museos de novelas eternas, y aquel título – apotegma: “No toda es vigilia la de los ojos abiertos."

Probablemente, Borges no se equivocara al adular y enaltecer la conversación con Macedonio antes que la férrea letra escrita, carente de digresiones o remates. A ver, a Macedonio se le atribuye, en una charla con Santiago Davobe, el siguiente comentario: “qué inteligente es este perro. No confunde mi mano con un pedazo de carne. Es un fuerte intelectual, che.


Agrego una vez más, la famosa carta que le escribiera a su amigo. Se condensa allí su humor. La filosofía se desgrana en sus volúmenes, y otro será el momento para citarla. Una imposible ilusión me imagina (callado, claro está), en una mesa junto a Borges, Macedonio y Xul Solar. Qué resumen ontológico de la fantasía, el saber y el talento.

Querido Jorge Luis:

Iré esta tarde y me quedaré a cenar si hay inconvenientes y estamos con ganas de trabajar. (Advertirás que las ganas de cenar las tengo aún con inconvenientes y sólo falta asegurarme las otras).

Tienes que disculparme no haber ido anoche. Soy tan distraído que iba para allá y en el camino me acuerdo de que me había quedado en casa. Estas distracciones frecuentes son una vergüenza y me olvido de avergonzarme también.

Estoy preocupado con la carta que ayer concluí y estampillé para vos; como te encontré antes de echarla al buzón tuve el aturdimiento de romperle el sobre y ponértela en el bolsillo: otra carta que por falta de dirección se habrá extraviado. Muchas de mis cartas no llegan, porque omito el sobre o las señas o el texto. Esto me tiene tan fastidiado que rogaría que se viniera a leer mi correspondencia en casa.

Su objeto es explicarle que si anoche vos y Pérez Ruiz en busca de Galíndez no dieron con la calle Coronda, debe ser creo, porque la han puesto presa para concluir con los asaltos que en ella se distribuían de continuo. A un español le robaron hasta la zeta, que tanto la necesitan para pronunciar la ese y aún para toser. Además, los asaltantes que prefieren esa calle por comodidad, quejáronse de que se la mantenía tan oscuro que escaseaba la luz para su trabajo y se veían forzados a asaltar de día, cuando debían descansar y dormir.

De modo que la calle Coronda antes era ésa y frecuentaba ese paraje, pero ahora es otra; creo que atiende al público de 10 a 4, seis horas. Lo más del tiempo lo pasa cruzada de veredas en algunas de las casas; quizá anoche estaba metida en lo de Galíndez: ese día le tocó a él vivir en la calle.

Es por turnos y éste es el de que yo me calle.

Macedonio Fernández


Pd: Santiago Davobe, si no me equivoco, escribió un cuento en el que se analizaba a la gente de un edificio según el contenido de la basura que sacaban a sus puertas. Uriel Wisnia le dio una vuelta de tuerca a ese cuento. Y estuvo muy bien.




Over.






sábado, 21 de junio de 2008

Pozo negro

Mientras sepa que sigues limpiando
todos esos dioses de plástico
en la mesita de luz
llena de pastillas y números,
entonces ya no tendré dudas
de que aún llevas su otoño
en los huesos



Over.

jueves, 19 de junio de 2008

Pozo negro



Un lago lleno de cerdos, flotando.

Te lo cuento, está bien, pero te pido,
te ruego:
No me hables de dinero, de cuchillos,
de lo que ocurrió cuando no llegaste
del fuego sobre tu cara
ni de la violenta ausencia de dolor.
Menos aún,
esto que quede claro:
Ni siquiera insinúes que velo primaveras.


Over.

miércoles, 18 de junio de 2008

Olor a hornos, otra vez.





En pocos párrafos y para que sea simple. Voy a escribir sobre el fascismo como una política e ideología de estrategia delicada y sobresaliente. Veamos el procedimiento:


1) En principio tenemos que incentivar el nacionalismo, con fuerte arraigo a la tierra y con un concepto de patria en el cual nuestras individualidades sólo tienen sentido en función de un proyecto colectivo. Se profundiza el sentimiento de pertenencia, de grupo, de clase, de raza, y al mismo tiempo se exacerba esa condición, de modo tal que todo aquel que “no pertenece”, es un claro enemigo al proyecto.

2) Dada la anulación del individuo (algo de lo que no están lejos las religiones occidentales monoteístas), se produce un traslado de la angustia personal a un plan general, por lo que las frustraciones se canalizan en un magma social indefinido.

3) Sí, el final del punto dos es engañoso. En realidad, esa “indefinición” es aprovechada por el líder que agrupa y “contiene” al pueblo, a través de su gobierno férreo e incuestionable. Se resume en él, el concepto de estado de bienestar, aunando la figura del padre protector que velará pos sus intereses, castigará a quién no se comporte como corresponde y amará a quien lleve adelante sus designios.

4) La humanidad está claramente frustrada. Las angustias son parte del ser humano, socavando su iniciativa y su razón de ser. Entonces, qué mejor que un sistema que ofrezca “protección” a tal estado de ánimo

5) El líder no puede tener obstáculos, porque sólo él sabe cómo conducir. Fue investido como guía espiritual, económica y política del nuevo grupo, el conductor de la tribu al que hay que halagar y ayudar todo lo que se pueda.

6) Otra de las grandes estrategias es la de buscar un enemigo, lo más real posible, y que en definitiva tenga casi ninguna arma para defenderse. Si la economía va mal, el progreso se frena o el futuro cobra oscuridad, es ese enemigo el culpable de todo. Una vez establecida la conexión, la brutalidad con la que se denota a ese otro es brutal. A fuerza de tortura y daño, quien reduce el supuesto poder del enemigo, supone un vital aporte a la causa, y su acto de individualidad sólo cobra sentido en función del gran líder a quién tributa con ese acto. Y la retroalimentación desquiciada de esta violencia termina por enceguecer a cada individuo, como fuera el caso de la conocida Matanza de Jedwabne.

7) Bien, ya tenemos despersonalizado al ciudadano, responde al guía patriota, si algo sale mal tenemos al enemigo que el líder indique, ahora debemos expandir nuestra idea perfecta para que la comunidad sea el universo, y todos puedan seguir al guía o bien, exterminar al que se oponga ya que es el culpable de horadar la esperanza de un mundo mejor y de excelencia.

La historia ya ha puesto de manifiesto el traslado a la práctica de todo lo antedicho. Ahí están los protocolos de Sion, sórdidamente inventados por la Rusia zarista. O la propaganda antisemita de la que fuera parte la película Der Ewige Jude, del nazi Fritz Hippler. O la falsa concepción del olor de los negros, la degeneración de los homosexuales o la culpa de la inmigración en la baja de empleo o aumento de la tasa de delitos. Y después de la propaganda llegan los crímenes de odio, la explotación de las minorías y la injusticia contra el pobre. Curioso segmento este último, que por tratarse de una porción mayoritaria del mundo, se la trata como una minoría.

Asimismo y concluyendo, no sorprende afirmar que la humanidad, en su gran mayoría, sostiene, subscribe y reclama este tipo de regímenes o ideologías, y que los conceptos de orden y justicia empobrecen sus significados, torcidos según la necesidad de quien los interpreta. La ignorancia y el proceso de desculturización a nivel mundial, no hacen más que permitir el avance cada vez más notorio de este tipo de gobiernos, en los que el estado y el pueblo son lo mismo. La búsqueda del Lebensraum es conferida al guía que según su mentalidad superior, siempre sabrá cuánto lugar se necesita para que se lleve a cabo el proyecto. Las naciones se unen para explotar al débil y adular al triunfador, únicos caminos válidos. La acumulación de capital es el precario escudo contra la angustia, el cual cede ante la mínima merma o simplemente cuando se estrella contra lo endeble de su propósito.

Por último, se da en estos tiempos del inverosímil siglo XXI, un velado post-fascismo o neofascismo (creo que el primer nombre es más preciso) que renegando y condenando aquel sistema oprobioso nacido entre las guerras mundiales, termina por hacer uso de todos y cada uno de los medios ya probados: la propaganda, la anulación del individuo, las banderas, las religiones, la demarcación cada vez más celosa de las fronteras, y el raro y falaz discurso de la salud, el bienestar, el trabajo y la acumulación, en boca de quien sabe que sólo se llegará otra vez al líder, a ese guía espiritual que de todos los males de este mundo nos sanará. Y amén.




Over.

PD: Francois me informa que en el día de la fecha se aprobó una ley que permite a los gobiernos de la comunidad, expulsar inmigrantes ilegales, detenerlos por un periodo de hasta 18 meses y denominarlos "retenidos" en centros de "retención". Es decir, un ser humano va preso por buscar trabajo, y otro que mata con su auto, puede pasar tranquilamente la mitad de la condena del primero en la cárcel. Amit habló con Francois y le dijo que la rueda ya comenzó a girar de vuelta. La historia nunca se repite como comedia, mon cheri. Francois está callado y con la mirada caída. Es mi amigo.

martes, 17 de junio de 2008

Ocio, de Fabián Casas. Touchè!





Leer a Fabián Casas me recuerda a ese juego del parque de diversiones llamado matterhorn donde uno empezaba a dar vueltas y subía y bajaba y cada vez más rápido y había un curioso equilibrio entre el placer, el vértigo y el pánico. Por ejemplo Ocio, la nouvelle sin forma que pone a Andrés como narrador de una escena que comienza de repente y termina igual. En otras palabras, como cuando agarramos una peli empezada y nos enganchamos y de repente nos tenemos que ir, o se corta la luz, o lo que sea.

Me animo a decir que es imposible leer un poco de sus cuentos, novelas, poemas. Uno queda hipnotizado y no deja hasta terminar, es así, no hay vuelta.

Ocio es su única novela-novelita-nouvelle, porque en Los Lemmings también hay cuentos largos, o nouvelles. Y todo es como sentarse frente a un tipo que te empieza a contar algo en un bar, o en la sobremesa de un cumpleaños aburrido, y no podés dejar de escucharlo, no te querés ir, tenés sueño pero te tenés que quedar ahí, es imposible moverse antes de que el tipo se calle. Y toda su obra es lo mismo, con los mismos personajes, que un día es un hermano, otro día es un amigo, pero la madre está siempre muerta y el padre siempre es actor o representante de un cómico. Los mismos versos alternados en otros poemas, las mismas historias cambiadas de lugar, el mismo gato que desaparece y no se sabe si murió. Y está Ernesto Sótano, o Ernesto Sábato, así, con los dos nombres, y está el Dragón, y Led Zeppelín, y Zappa, y la atmósfera brumosa de un chico que camina las calles de Boedo yendo a ninguna parte y volviendo de esa nada para seguir en el mismo carretel. Y quizás la magia suceda porque Casas es poeta, y eso se nota en la prosa. No sé, algunas líneas de Ocio:

“Como, cago, duermo: soy una biología que no tiene rumbo”

“Mi vieja era el motor, y una familia necesita siempre de un motor, porque si no es evidente la parálisis que se forma cuando varias personas se amontonan por mandatos biológicos”

“Lamadrid se entusiasmó y se largó con una catarata de poemas que si Borges se levantaba de la tumba, le pegaba con el fémur.”

“La mujer bajó con una parejita repugnante, de esas que se forman en el oratorio de las iglesias y que decoran sus casas con muebles de pino”

“Roli le pidió a Tito un cortado sin leche. Tito se quedó pensando un minuto y le dijo: ”Andate al carajo”. Después de se fue”

Ah, y los poemas que están así, al pasar:

Canto a tus oscuridades / a tu resplandor / estoy boca abajo y muerto hacia el mundo /derribado en un fuego invernal;/ mirando pasar trenes determinados / llevando gente determinada”.

Madre / llegaron los huecos feroces de tus soles / los látigos de la muerte / toda esa oscuridad que no puede acabarte / ahora que tu corazón late al revés / dando golpes de frío y de cuchillo”.

Over.





Pd: El poema que más me conmueve. Está en El Salmón, libro publicado por Mansalva con una de las tapas más feas que he visto en mi vida:

Sin llaves y a oscuras

Era uno de esos días en que todo sale bien.
Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban.
No pedía más.
Entonces salí al pasillo para tirar la basura
y detrás de mí, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro
la basura en la mano.


PD2: Y el mail que sigo sin poder enviarle!


lunes, 16 de junio de 2008

Argumento para un best-seller



Con Amit, en una noche excedida de vino barato, hablamos de la posibilidad de escribir un libro lleno de argumentos. Estaría dividido en cuentos, novelas, nouvelles y best-sellers. La idea sería que cualquiera que quisiera, escribiera la obra según el argumento y nosotros elegiríamos el mejor y lo publicaríamos. Al rato pensamos que nadie compraría un libro de argumentos, pero al mismo tiempo (Amit siempre es más lúcido), podríamos hacerles juicios a todos los que usaran nuestras ideas. Es más, me dijo que el conocía un abogado y que seguro nos escucharía. Al otro día, el dolor de cabeza era infernal.


Rebecca es una niña que ha vivido su infancia en el sur de los Estados Unidos. Su padre alcohólico jamás se ha interesado por ella mientras que su madre se escapa con un malabarista del circo que llega todos los años al pueblo. Hasta que un día Rebecca desaparece misteriosamente. Treinta años después, una niña huérfana triunfa en Hollywood y se convierte en la actriz más mimada del mundillo del cine. Bill Almis, un prestigioso periodista de Los Angeles, llega hasta la niña y quiere averiguar sobre su pasado. Entonces la pequeña estrella le muestra un montón de cartas que les ha escrito a sus padres desconocidos durante los últimos cinco años. Por un hecho fortuito, Almis se entera de la historia de Rebecca, y cree ver allí un enlace cuya casualidad pone en duda. Almis y la pequeña estrella abren paso a una historia alucinante en la que dos niñas, en dos tiempos al parecer distintos, comparten una identidad sorprendente"


Over.


Autopsia del hombre actual










De atrapante desarrollo y esperado final sin demasiada esperanza de respuesta, en "Autopsia de Creso", Marechal solicita que, si bien la historia está ya escrita y dirigida por su Autor, no estaría de más ayudarlo, expresando: Ut in omnibus glorificetur Deus, que vendría a ser “que Dios sea glorificado en todas las cosas”. Abandonado a esa suerte, hay un conflicto de deducciones o interpretaciones que impera a la hora de buscar algún cambio en el destino actual de las cosas.

La Autopsia de Creso establece los cuatro pilares en los que se podría clasificar al mundo actual: la Iglesia (Tiresias), el Ejército (Ayax), la burguesía (Creso) y el proletariado (Gutiérrez). Por anacrónicos, los dos últimos sujetos no dejan de ser fácilmente concebibles, con sus particularidades, en la actualidad del siglo XXI.

En el devenir histórico, Marechal nos cuenta cómo los distintos actores se fueron pasando el poder, de la iglesia al ejército, y del ejército al burgués capitalista. El pobre siempre pobre, obvio.
Lo interesante del ensayo es la mirada más minuciosa sobre el poder de Creso, haciéndonos ver cómo va tomando “ideas” de sus “contrincantes” y los bancos se convierten en iglesias donde se celebran cultos al dinero, con sus escrupulosas liturgias y pomposos trámites.

Nos habla hermosamente de un “tiempo de buey” y un “tiempo de ángel”, ambos inherentes al hombre (Gutiérrez en este caso), y cómo el primero va extendiéndose hasta casi suprimir al segundo.

También están Marx y los existencialistas, que Creso usa para oponerlos a un bienestar general, a favor de un cristianismo más puro y el exacto equilibrio que debe tener el ejército en su virtud defensora y continente.

En otras palabras, Creso armó todo para que se le rinda culto, y lo que en un principio teórico ayudaría ala distribución justa, con el tiempo se convirtió en una carrera inmoral donde se gana o se muere, sin lugar para los que pierden.
Claro que la historia es más compleja, pero la “autopsia” significa un aporte al entendimiento de lo que nos está pasando hoy en día.

Por último, me animo a encontrar un trasunto de la novelística de Marechal, en donde siempre se busca un orden, una superación y un camino hacia la oportunidad histórica que tiene al hombre como artífice. Gustar de esta “autopsia” es saber que las novelas de Marechal serán disfrutadas con seguridad.



Over.

Pozo negro



Para que me quieras,
con mi poder inútil,
me descifro, me desalambro,
acepto que esta ilusión
de soledad es una impostura,
que la comedia se quiebra
y que todo tiene una etiqueta.
Para que me quieras, desprolija,
azuzo al monstruo que condeno,
me desprestigio y te permito,
para que me quieras,
que nombres mi nombre real.
Para que me quieras, de universo
lleno tus palabras y me alcanzan
para callar,
y rendirme.

Para que te quiera, mejor esto que escribió Gelman:

“Por una puerta se entra a muchos sitios/
Al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
A todos los edificios del mundo/
Pero no al mundo/
ni a una mujer/ ni al alma”

Over.




sábado, 14 de junio de 2008

Pozo negro



De este lado del oído
la palabra no canta nada
Es miseria y tu incoherencia
al son de la mañana.

Every step of the way
Mind the step
Mind the stairs
Night and its silver horizon
lying over the pale T.V.set
Lullabies sung lest we see the truth
On this side of the skull,
skin is colourless, like your words,
words that sing nothing.



Over.




Are we losing touch?





En el mismo diario, a ocho hojas de distancia:

Se aprueba el uso de una droga contra el cáncer en combinación con tecnología láser. ¿El nombre de la droga? “Temoporfin”. Claro, la denominación es en inglés, por lo que si se diera vuelta el mapa, la droga se llamaría algo así como FinallyIfear o fearatlast.

Segunda noticia: mujer muere en incendio de la fábrica “Sólo espuma”. Sí, sí, es una fábrica de colchones, pero la noticia apareció así como la escribo.

Todo esto lo escribo mientras allá en el fondo suena Man on the moon de los REM. Stipe le canta a Andy Kaufman, el comediante que dijo “I never told a joke in my life”, el performer que vivió treinta y cinco años hasta que un cáncer de pulmón lo sacó de la peli, el hombre que según sus seguidores no ha muerto y que sólo simuló su muerte para regresar veinte años más tarde. Debe haber sido bueno el tipo este, porque Stipe le dice: “(I) see you in heaven if you make the list”. Me quedé pensando quién me gustaría que hiciera la lista en mi caso. Me quedo pensando. If you believed, they put a man on the moon, man on the moon... ¡Punch!



Over.

jueves, 12 de junio de 2008

Plaf!



El agua nada hacia aquí, ignorante de mis pies que la desplazan, y todo esto sucede mientras me pregunto si debo tratar de entender mis pies en el agua, el agua, los pies, el agua alrededor de mis pies, mis pies dentro del agua, el agua nadando hacia aquí.

Dicen que como soy un hombre estoy obligado a entender esto que soy, del mismo modo que los animales están relevados de esa cuestión: ellos están en el mundo. Pienso que ellos disfrutan de estar aquí, y los principios de placer y dolor se despliegan en ellos de una forma pura. Me hablan de la Razón, y les digo, compañeros, la Razón también contamina, no lo olviden.

El agua sigue abrazada a mis pies y mágicamente nada los separa. Nada excepto mi pensamiento que pretende entender. El pensamiento que suda mi cerebro. El cerebro que estalla de energía. Homo sapiens. Sí, pero también soy un tejido que piensa. ¿Alguien dijo que somos tejidos pensantes? Thinking tissues. Y llamá antes de las once que hoy tengo un sueño que me muero.



Over.




miércoles, 11 de junio de 2008

Pozo negro

Yo también necesito no quebrarte
mientras cede mi asesino,
el que violenta mi palabra
No es que todo el sueño haya sido inútil
Ni que al despertar la piel no se hará agua
Es que todo acto es voluntario, aquí, bajo esta luz
agotada de eneros sin respuesta.
No me niego a que desertes, eso soy yo, también:
un día vacante cuando digo Hoy.

Siempre venimos de algún sitio
atados a una esperanza ajena.
No importa caer a la medianoche;
Siempre estará al alcance
la venganza de los nidos

¿Ok?



Over.

Palabritas


I


Lo de los sueños siguió igual. Al levantarme los iba rearmando hasta con el mínimo detalle, buscaba claves en los nombres, en los lugares, en los objetos, ¿te acordás? Era otra forma de jugar, pero yo me lo tomé en serio, si hasta pensé que cuando las claves ya estaban gastadas, “alguien” me las cambiaba por otras, como para que el juego fuera más divertido, viste. De ese “alguien” ni hablar, ya sabés a lo que me refiero.

Pero te contaba que la cosa se puso fuerte. A ver, a los cuatro o cinco meses de haberme mudado a un piso del que más tarde te contaré, un tiempo en el que había juntado algo de dinero y me alcanzaba para vaguear días enteros, me la pasaba tomando mate, leía, fumaba, pero no salía a ningún lado. Una vez me pasé tres días sin salir, te juro, y vos dirás que estaba deprimido, pero nada de eso, yo me lo acuerdo bien, nada triste.

Bueno, lo de los sueños, te juro que había días que al acostarme por las noches, podía recordar el sueño del día anterior, como si no hubiera pasado nada entre medio, o mejor, como si el día fuera una necesidad de descanso para la mente mientras juntaba otra vez imágenes, y así me dormía. No, nunca me pasó de continuarlo, porque eso ya hubiera sido demasiado. Fue en esa época que al levantarme una mañana, abrí los ojos y me salió de la boca: “volví”, sí, esa palabra, pero no en forma de pensamiento, la dije, con la voz, letra por letra. Era eso, yo de los sueños volvía.

Una vez leí que un tipo al levantarse decía “otra vez”, y lo entendí, claro, es como en la peli esa en la que el tipo se levanta siempre a la misma hora, ¿te acordás que la vimos en tu casa? Tu hermana recién empezaba a estudiar filosofía y no sé qué empezó a decir de Platón y de Nietzche, lo del eterno retorno, pero mal, que era una interpretación bien hollywoodense, dijo: “ estos yanquis con lo del mito de la caverna te arman un show de sombras chinescas en Las Vegas”.

En fin, te contaba eso, que yo no dije “otra vez”, yo dije “volví”, y por un momento pensé que iba de la realidad al sueño, y después me di cuenta que el sueño también era realidad, eran como estados, pero para mí muy bien delineados. Vas a la panadería y comprás pan y te dan pan. En el sueño vas a cualquier lado y te dan cualquier cosa. Y entre las dos hay un equilibrio, o a mí me gusta pensar que lo hay, y en aquel momento lo que me andaba faltando justamente era eso, equilibrio.


II


Eso es horrible y una tremenda verdad. Es tan fácil, digo, ser parte del montón, de la mayoría, del grupo social, de la preservación de la especie, del rito embalsamado que ostentan los patrones culturales y sociales. Es tan fácil ir a misa, al club, a los cumpleaños, a los bautismos, los casamientos, a las despedidas de soltero, a las cenas de los jueves, a la fiesta de graduación. Lo que digo no significa una apología al martirio o el autoflagelamiento, no, para nada, hablo de ese espacio reducido al que siempre le queremos escapar por miedo a pensar que somos lo que no queríamos ser, y que la vida es a así, y que hay que sentar cabeza, y todas esa mierdas.



Over.


martes, 10 de junio de 2008

La escena de la quema del olvido


No, el fuego sólo quema la corroboración, la torpe realidad del objeto; torpe porque su existencia no interesa a la memoria, tan astuta ella. El fuego es el gurú al que le ordenamos su intercesión, la anhelamos, y le creemos, aun cuando sospechemos que la cadena se rompe de otro modo. Es el olvido, cuya certera invocación es un misterio, el único artífice de esa acción. Pero esa escena la tengo calcada en la memoria. Quisiera poder quemarla también, arrojarla a esa hoguera piadosa y precisa que me acompañó aquella noche. Porque después me levanté y sentí como un ahogo que poco a poco se fue diluyendo, dándole permiso a una bocanada de oxígeno que me calmó.


En el balcón, las cenizas volaban y se perdían en el cielo. La caja de madera quedó abierta a un costado. Annete la cerró y la apoyó en un rincón. Fui despacio hasta mi habitación y me dejé caer sobre la cama. Me puse a escribir en mi cuaderno, y cada palabra me hacía revivir lo que había sucedido apenas unos instantes antes. Al rato me acuerdo que llegó Annete. La vi clara en la oscuridad. Se acercó a mí y pude sentir su mano sobre mi mejilla. Llegó hasta mi oído y me dijo algo en catalán que no pude entender. Le pedí que me lo repitiera. Su catalán se deslizó más despacio. “Algun cop la nit els hi cau a tots damunt del cap”. Copié sus palabras con mi torpe acento. Después, el sueño me volteó.



Over.

lunes, 9 de junio de 2008

Pozo negro

Nadie me pidió,
a las dos de la mañana,
que intente corregir
esta zona inundada
esta laguna de glaciares
este responso equivocado

Nadie me exigió, por cierto,
que acaso pretenda
reescribir el tiempo perdido
sortear esta lluvia de años
golpear el cristal de tu seguridad.

Nadie me recordará, mañana,
o dentro de un rato,
el memorándum de sobrevida
que nos alcanza recién en la muerte
y que nos convence que respirar
no era sólo un instinto.


Over.



Autoinducirse a la nada.

Descubren una droga que fija sueños a elección. El método es simple. Hay que tomar la pastilla antes de irse a dormir, pensar en lo que se quiere soñar, imágenes, personas, lugares, lo que sea. Dentro de la pastilla hay también una droga que induce al sueño, por lo que veinte o treinta minutos después de tragarla, la persona está completamente dormida.

Funciona bien, en general el sueño coincide con lo buscado. Por ejemplo, un hombre piensa en una mujer, en un lugar y en una situación. Lo más intenso siempre aparece, digamos la mujer, mientras que el lugar y la situación son un poco distintas, pero al final termina satisfaciendo al soñador. Todo va bien hasta que comienzan los problemas. El efecto es tan aceptable que muchas personas toman la pastilla todas las noches, y hasta incluso hay casos de gente que se desespera por encontrar un sitio para dormirse y soñar. Las consecuencias son inmediatas. Fantasmas dormidos no rinden en sus trabajos, amantes heridos pasan años sin ver a nadie, derrotados que publican libros, filman películas, montan una cadena de restoranes, ganan la lotería, pagan las deudas, se compran un coche nuevo. La vigilia los trastorna, pero la realidad les da menos asco, porque llega un punto en el que confunden lo soñado con lo vivido.

Con el tiempo, aparecen los primeros suicidios. La pastilla es prohibida y su tráfico es altamente penado. Seguidamente la llaman “la pastilla del suicidio feliz”. Es muy difícil conseguirla y el precio es altísimo. En el periódico sale una nota en la que se afirma que según ciertos rumores, el mismo laboratorio que ha inventado la pastilla, está trabajando en una droga que permite no soñar nada. Sin embargo, el primer obstáculo con el que se encuentran es que no han encontrado el modo para que el paciente pueda autoinducirse a tal cosa. Lo más curioso es que esos mismos rumores dicen que los laboratorios ya han contratado a un grupo de filósofos para resolver el tema. Y que la paga es muy baja.


Over.




En el ring






Fui a una escuela católica, con curas, sotanas, actos de contrición, pedidos de perdón y todos los ingredientes. Si los niños están protegidos por ley por cuestiones de abusos sexuales, psicológicos, etc., yo creo que deberían estar protegidos de escuelas católicas donde se les enseñan supuestas verdades que ellos no pueden manejar. La pornografía, el alcohol, el trabajo y la religión son cosas de grandes, ellos no tienen la culpa.

Recuerdo tener once o doce años e imaginar lo siguiente:

Llega el día del juicio final, que según mis conjeturas, tendría lugar en un inmenso estadio con un ringside en el medio. El cuadrilátero sería el único sitio iluminado donde estaría Jesús y daría su veredicto. Alrededor del ring nos agolpábamos todos los hombres y mujeres a la espera de nuestro destino. Y aquí venía lo mejor. Aparecía un tipo en medio del ring y nos decía que dios no existe, que no hay ni cielo ni infierno y que no hay nada conocido como salvación o purgatorio. Mágicamente, a mi lado estaban los curas de mi colegio y yo, burlón, los miraba preguntándoles qué hacer, y veía sus caras incrédulas, sin saber qué decir, avergonzados. Avergonzados.

Todo esto no lo soñaba, me lo imaginaba bien despierto. Me alegro por seguir llevando la imagen dentro mío. Hay que estar orgulloso de ciertas cosas, che.


Over.


domingo, 8 de junio de 2008

Jo peux falar viele jezica ( yo puedo hablar muchos idiomas)







El título, de básica originalidad, pastiche de varias lenguas romances, es lo primero que se me ocurrió para escribir sobre la xenoglosia, que no es lo mismo que la glosolalia, aunque ambas no están lejos de los neologismos, las vidas pasadas, la chapucería y demás yerbas.

A ver, si desmembramos la palabra xenoglosia, nos encontramos con “xeno”, que significa extraño o extranjero (usted recordará “xenófobo”, tan de moda en Europa, últimamente), y por el otro lado con “glosa”, que vendría ser lengua o lenguaje (además del título de un gran libro de Saer). Y ahora viene lo bueno. En principio se le llama xenoglosia a la supuesta capacidad que tendría una persona de hablar una lengua que no conoce. Claro está que dicha facultad es ejercida en medio de trances hipnóticos o estados similares.

Dada esta situación, muchas veces se infiere que el sujeto en cuestión está rememorando vidas pasadas, supuestamente encarnada en otra persona que hablaba el idioma desconocido. Sí, no me he privado de dejar clara mis dudas al respecto. En primer lugar, descreo de cualquier tipo de reencarnación, por lo que la xenoglosia no me tuerce ni un ápice mi opinión. En principio, estoy seguro de que la mayoría de estos casos tiene algún tipo de explicación común y corriente si es que el estudio busca razones.

Ahora bien, supongamos que se da un caso paradigmático, en donde realmente la persona habla en perfecto alemán cuando jamás salió de su aldea española. No me cabe ninguna duda de que la genética tiene todas las de ganar. Más aún, la reencarnación no sería más que un caso en el que los genes han rodado a través de la sangre hasta despertarse imprevistamente en alguien. Ya sea por un hecho traumático o bien por inducción hipnótica, la cadena de ADN ha soltado un eslabón que se comporta, digamos, de manera inesperada y cuya información remite a alguien cuya existencia dista cientos de años de la actualidad.
Genial y copiosa de ficción, la xenoglosia sólo deberían encantarnos en la literatura o el cine.

Ahora bien, qué es la glosolalia. Básicamente consiste en la invención de palabras adjudicándoles un significado. Otra bella definición de universidad, sería: “Uso de palabras o grupos de palabras, metáforas, onomatopeyas, interjecciones, estrofas etc. que no tienen un referente determinado y la significación de las cuales está presente más en el significante meramente acústico que en el significado que puedan acarrear.”

Aquí se debe abrir una doble interpretación. Por un lado, está la relación de la glosolalia con el “don de lenguas”, de carácter religioso o chamánico, en donde esta “invención de palabras” no es arbitraria y sí tiene mucho que ver con la divinidad o bien espíritus intercesores cuyas demandas o mensaje se exteriorizan de tal modo.

La segunda interpretación es médica, y hace referencia a una enfermedad que afecta al lenguaje, consistente en que el enfermo crea palabras y las dota de significación. Otra vez estaríamos ante un origen traumático o bien de urdimbre emocional. Estamos bastante cerca de alteraciones tales como la ecolalia o la criptolalia.

Ahora debo atar todo con la idea de neologismo. Es claro que básicamente, la invención de un término con la debida intención no admite las acepciones de las palabras en cuestión. Pero tampoco es desatinado observar que la práctica sana o cuerda de un ejercicio lingüístico, da por simple inferencia la posibilidad del mismo proceder de forma insana o trastornada.

En lo que a mí respecta, no me queda ninguna duda de que estamos ante alteraciones de la conciencia y del sistema de lenguaje que se ubica en nuestro cerebro, y que cualquier otra interpretación tiene una clara intención esotérica sin fundamentos aprovechándose de un hecho asombroso. Ciencia y literatura, ¿cuál es una mágica forma de la otra?



Over.



PD: Francois me recuerda el caso del niño encerrado en Ciudad de Cristal, una de las patas de la Trilogía de Nueva York, de Paul Auster. Y de paso me pide que investigue la vida de Salinger quien al parecer sufría de algunas de las dos enfermedades, no recuerdá cuál con exactitud. Hablando del tema, Salinger deb andar por los 90 años y que yo sepa no murió. ¿Sigue escribiendo la interminable novela? ¿De qué hablarían Salinger y Rulfo?

sábado, 7 de junio de 2008

Puede pasar.



Una mujer se despierta y al abrir los ojos ve a su lado a un hombre horrible, viejo y transpirado. Mareada, se levanta y va hasta el baño. Enciende la luz y se mira al espejo. Se ve la cara vieja, agrietada, como si tuviera no menos de setenta años. Vuelve a la cama y despierta al hombre. “¿Usted quién es?”, le pregunta. “¿Qué pasa Carmen, estás bien?” “No, no sé quién eres ni sé quién soy” contesta ella y se asusta con lo que ha dicho. “Parece como si tuviera mil años”, se dice a sí misma. El hombre se incorpora y aún aturdido por el sueño, vuelve a preguntarle si le pasa algo. “¿Acaso se está burlando de mí? Yo tengo treinta años y vivo sola. “Sí”, le contesta él entre risas, “Hace cuarenta años vivías sola, cerca de Plaza España”.Ella se ríe, lo mira y le dice: “¿Y qué me dices, que se me han pasado cuarenta años de golpe y ni me di cuenta?” Él vuele a recostarse y murmura: “A mí también me pasa a veces, no te preocupes, parece como si hubiera sido ayer, cómo pasa el tiempo.” Ella se acuesta e intenta dormir. “Es una pesadilla, yo tengo treinta años y vivo sola, ya se me va a pasar”, piensa antes de cerrar los ojos otra vez.



Over.




Debo escribir sobre Spinetta, não esquecer!





Debo no olvidarme de escribir sobre Spinetta alguna vez. Debo hacerlo arder en mi mente para que moleste a la madrugada. Cómo no voy a escribir sobre un tipo que canta: “Sigo mirando hacia ti”, donde todos cantan “Sigo mirándote”. La preposición, en este caso, es mágica.
O cuando dice: “Hoy me vuelo / de tantas caras / ¿No ves algo en el puente que se va? / Hola dulce viento / Veo claramente en ti / Eres como mi amiga que se va.
O que una canción se llame “Credulidad”, y todo entre a tempo y además sea hermosa.
Bah, no se puede dejar de escribir sobre un tipo que avisa: “además vos sos el sol / despacio también podés ser la luna”. ¿Se puede medir la belleza de decir que despacio también podés ser la luna?

Entre otras cosas – muchas otras cosas -, lo bueno de vivir en la periferia de lo que se da en llamar “mundo”, es que uno conoce a Spinetta y a Dylan. Cuando se vive en el centro, Spinetta no se conoce. Y así les va. En “mundo”, les aseguro que pocos conocen la dulzura de esta canción de Chico Buarque, que no es Spinetta, pero a mí, en este momento, me llega todo junto.

Valsa Brasileira

Vivia a te buscar
Porque pensando em ti
Corria contra o tempo

Eu descartava os dias

Em que não te vi
Como de um filme

A ação que não valeu

Rodava as horas pra trás

Roubava um pouquinho

E ajeitava o meu caminho

Pra encostar no teu

Subia na montanha

Não como anda um corpo
Mas um sentimento
Eu surpreendia o sol

Antes do sol raiar
Saltava as noites

Sem me refazer

E pela porta de trás
Da casa vazia

Eu ingressaria

E te veria

Confusa por me ver

Chegando assim
Mil dias antes de te conhecer

Impresionante este símbolo: “Descartar los días que no te vi como se descartan las escenas que no van en una peli”. Y ni hablar del final que no rebaja el deseo y por el contrario, lo acerca a una imagen poética de máxima altura: “Y por la puerta de atrás, de la casa vacía, yo entraría y te vería, confundida por verme, llegando así, mil días antes de conocerte.”



Over.

jueves, 5 de junio de 2008

Pozo negro



Hinchada de miedos,
la noche inhala su oscuridad.


Over.

Como cien veces


¿Y cuándo viene el olvido con la distancia, carajo?

(Luis Moret)


La vio como cien veces, especialmente de espaldas o sentada en el primer piso del bar griego.

Los domingos por la tarde, imantado por esa calle y ese bar, salía con el periódico debajo del brazo derecho y caminaba lento, sí, y decidido también. Pero una calle antes, abordado por la conciencia, reparaba en el inútil recorrido que repetían sus pasos, en lo inverosímil que se volvía el futuro luego de sus palabras, cuando ella se daba vuelta y lo escuchaba.

La vio sola, acompañada, amada, dejada, triste, ansiosa. La sorprendió con la lapicera y el pequeño anotador. ¿Seguía escribiendo? ¿Era lo mismo? ¿Estaba, por fin, empezando un cuento?
Las noches de otoño, que se sueltan del cielo y caen resignadas al frío, tan rápido se empujan unas a otras hasta agotarse y ceder. Le gustaría decirle que la vio como cien veces de espaldas y que el pelo le quedaba mejor corto, y que en otoño las noches empiezan a estirarse y a correr al mismo tiempo. El ocioso y melancólico invierno que se esconde detrás de los días que no vuelven, tenaz, lo acompaña desde la casa hasta el bar griego, en una de las mesas del fondo del lugar, para verla especialmente de espaldas y con el pelo largo.

La vio los domingos después de las cuatro, antes nunca, y los martes y los miércoles, y los viernes de lluvia, como respetando la promesa ya vana y perdida, como temiendo perder el consuelo de la fe que usa a la eternidad como máscara.
No es tan difícil reconocer que la lluvia traía lágrimas y abismos, perfectos huecos de tiempo que se colaban por la mañana. Let’s make it easier, ephemeral as love can and must be, let’s say the day’s through and every Sunday after four, turn around and pretend you don’t see me, but you do, of course you do. Hasta que llega un momento en que el hombre se decide, de buena o mala gana, a dar un paso cualquiera, es verdad, y Raskolnikov ya lo sabe, y en otoño, cuando las noches pesan y vuelven y corren hasta el domingo después de las cuatro, la bruma de un futuro aplastado busca fin, deshacerse de pasado frío, amor y consuelo barato.

La vio como cien veces, y los viernes de lluvia era peor porque se abría el círculo y todo parecía mutar en espiral, en peligro de ayer y mañana pegoteados por la insistencia del cálido regreso. Y tonto. Y otra vez lo mismo.

La vio como cien veces especialmente los domingos y cuando era peor, los viernes de lluvia. Y después, en ese tiempo que él buscaba para poder decir después, para levantar la barrera que dividía, en el territorio que lo mezclara con él mismo, la vio, detrás del vidrio de la librería, en ese lugar más lejos que lejos, a través de su propia imagen, la vio. La volvió a ver, con el pelo largo y la mirada escondida. ¿Qué cifraban las tardes en el bar griego? ¿Qué cifraba la distancia inútil? ¿Por qué no se cortaba el pelo de una vez por todas?




Over.

Pozo negro

Brumoso destino tu deseo
de amor fácil y sopita de arroz,
de falsa ingeniería conyugal
a fuerza de olvidos y postergaciones.
Yo sé que callas, precisa, esa noche
torpe de engaños y quimeras.
Yo sé que te avergüenza la palabra
que no se piensa ni se siente;
y que eso también omites
a la hora del coraje que tu boca
alaba y tu cuerpo desconoce.
Nunca es sincera la sustancia
que esconde la duda a expensas
de un inocente, pacífico
y tonto
estado de ánimo.


Over.


martes, 3 de junio de 2008

Sin que existan argumentos que lo prueben




En el libro Teoría de Números, de Carlos Ivorra Castillo, en la sección dedicada a La ley de reciprocidad cuadrática, nos encontramos con esta definición:


La lógica matemática nos enseña que no puede existir una teoría de números completa, en el sentido de que existen propiedades de los números naturales que son ciertas sin que exista ningún motivo por el cual lo sean, es decir, sin que existan argumentos que lo prueben, ni mucho menos que lo expliquen.


No es menor la afirmación, y me trae a la memoria una serie de semejanzas que se despliegan en otros ámbitos. En medicina, por ejemplo, se deducen actividades neuronales por los resultados, pero no se conocen los precisos mecanismos que llevan a esos efectos. En la música, se descubrió que una serie de acordes en un orden estipulado de acuerdo a tempo y extensión, produce bienestar y aceptación en el oyente, pero no se sabe la razón por la cual este orden es de tal modo ni si tendrá una relación con la época o la cultura. En cualquier publicidad gráfica de relojes (lo invito a verificarlo), dichas máquinas siempre marcan la misma hora: 10:10 (o 22:10, según el uso). Esto provoca aceptación y llaman a la curiosidad de quien observa la publicidad. ¿Las razones? Dos o tres hipótesis demasiado flojas.

Sólo una cosita más.

En el libro Geometría, del mismo autor, se hace referencia al viejo axioma que reza. "1) Por cada par de puntos distintos P y Q pasa una única recta,", y se desprende este axioma el siguiente teorema: "Si P y Q son puntos de una recta r y R es exterior a r, entonces
P, Q y R no son colineales."
Todo esto lo supimos de niños en la escuela. Lo que no sabíamos
es que estas afirmaciones no son necesariamente ciertas, y que a partir de la curvatura del espacio y de la relación de espacio-tiempo, este castillo tan preciso, parece desbaratarse con un soplido.
Eso es literatura, no matemática. Digo.



Over.


PD1: En cuanto a la ley de reciprocidad cuadrática, todavía estoy intentando comprenderla. Parece mucho más fácil de lo que es.

Pd2: Uri, gracias por el permiso y las lindas palabras. Mazel tov, my friend! Y dale con la peli, plis!

lunes, 2 de junio de 2008

Palabritas?



En el nanocosmos que nos envuelve, virgen casi de censos y estudios, se desbaratan sin reparos miles de causas a las que oscura e ignorantemente llamamos azar, destino o milagro. Algo se cae o se detiene, el antibiótico llega a tiempo o es inútil, la palabra moviliza o deteriora, y de repente algo que inexorablemente debe cesar, continúa. Es tan precario aún nuestro conocimiento que no sé cómo acaso nos atrevemos a hablar de dioses o Mesías. No me preguntes, ok, no te pregunto, pero los atajos entre la nada y el puede ser, no te solucionan el camino, eso lo tengo muy clarito. Lo que pasas es que cuando me imagino al mundo hace cien años, y lo veo tan pobre e ignorante, no me alegro de mi actualidad. El pensamiento rebota cien años hacia delante. Y vuelve en desasosiego. Por eso quedan la literatura, la música y tus manos. Eso sobrevive porque en el nanocosmos van por fuera del tiempo, y ahí se embromó todo. Dejá, no me sigas el apunte, hace frío y ya no fumo.



Over.




domingo, 1 de junio de 2008

Restos

(Inspirado fiel e ineludiblemente en el cortometraje Residuos de Uriel Wisnia)














Cada día, cada tarde de cada día, hasta que abrías la puerta con fastidio y caminabas con la mirada rendida y sin ganas, porque estabas cansada, ¿no?, yo vi cuando te quisiste ir, salieron todos los vecinos, yo estaba ahí, en serio, y al final se fue él, ya casi de noche, llegó el taxi y vos lo espiaste por la ventana, él ni se dio vuelta, vos también te diste cuenta, estoy seguro de eso. Yo iba con mi carrito amarillo, bueno, en realidad es negro pero la bolsa que lo rodea es amarilla, por eso lo digo, y mi escoba tan ancha, y ya casi sabía con exactitud la hora: abrías la puerta y cargabas la bolsa con la mano derecha (deduzco que sos diestra, ¿no?) y llegabas hasta el cesto sin mirar a ninguna parte, tirabas la basura y repetías el recorrido hasta desaparecer. La luz de la cocina quedaba encendida y te quedabas un rato mirando la televisión, pero no la mirabas, yo lo sé, y era como que ibas y venías dentro de la casa. Sabés, a mí me pasa lo mismo, camino de acá para allá, como si tuvieras definida una zona obligatoria, ocupar el tiempo, no dejar que el tiempo tome libremente la decisión de su ocupación, porque te ponés a pensar y ahí se complica todo.

Por qué no decirte que yo nunca pensé hacer este trabajo, y sin embargo, ahora que camino mirando el suelo, juntando tierra y ramas y botellas de plástico, no sé, me siento más cerca de mí, menos apartado del destino que me fue acorralando hasta lograr mi aceptación.

Fui juntando las bolsas. Las abrí con paciente dedicación, como si fuera ésa la razón de seguir después de la cena, un momento íntimo y personal. Sé que te gustan las aceitunas, la mayonesa sin huevo (qué cosa rara, ¿no?), el jugo de limón, las mermeladas de cereza y de durazno, y sé, lo deduje te imaginarás, que no era a vos a quien le gustaba el queso roquefort, la cerveza y la mostaza. Limpié bien cada uno de los frascos de vidrio, los alineé vacíos en la heladera, en la alacena, sobre la pequeña mesita que tengo en el comedor. Lavé la camisa blanca, el pantalón marrón y la blusa celeste. No me parece que el pantalón estuviera para tirar, pero bueno, es tu decisión. Sabés, de algún modo quiero contarte todo el tiempo que yo era otra cosa antes, que no barría las calles y que no llegaba con lo justo a fin de mes. Qué decirte de los años de estudio, de las horas que se entorpecían de esperanza y de ilusión. Y de esta casa, tan quieta y abandonada, tan colmada de un tiempo que me parece irreal. No sé, siento que el porvenir sólo me permite limosnas, sentencias finales que me devuelven a un tiempo del que salí y que me ha juzgado perdedor. Y así van las cosas, con el olor del verano subiendo desde las alcantarillas, o el frío tenaz que duele en las manos. ¿Te sigo?, no, no me parece, yo estoy indefenso ahí, cuando paso al borde de cada tarde y me parece mentira que nunca te hayas dado cuenta. No creía en nada, sabés, y de repente, al cuarto o quinto día, sentí el hambre de una meta, las garras de un plan tan simple y adorable. Verte, esperar pacientemente la bolsa, acercarme y disfrutar de la victoria, las horas que me esperaban gozando del contenido. Los restos.

Fue el frasco de perfume. En realidad, cuando lo vi ya sabía que no podía esperar más, que tanto juego de esperas y búsqueda gritaba fin, o cambio, algo. Fue fácil encontrar el mismo perfume, lo vendían a la vuelta de casa. Pensar que la mujer que me atendía se quedó como helada al verme. Hacía años que no pasaba por allí, casi desde que esta casa se detuvo, como te dije. ¿Te dije que yo antes era diferente, que en esto que llamo hogar éramos tres y que yo trabajaba en una oficina en el centro, con un escritorio para mí y todo? ¿Te dije que gané el premio al mejor cuento en mi último año de secundaria y que siempre me dio por escribir? ¿Te dije que no escribo nada desde que esto que llamo hogar sólo es ocupado por mí? Y que nunca compré un perfume, ¿eso te lo dije también?

Bueno, todo fue así como te lo cuento, primero las bolsas, tus bolsas, los disimulados atardeceres en los que me demoraba barriendo una y otra vez la calle de tu casa, tu pelo negro, tus piernas, hasta una vez soñé que estábamos en la playa, tu soledad, la mía. Y me puse la camisa blanca que lavé por primera vez después de tanto tiempo, los zapatos negros, el pantalón beige. Me miré al espejo y encontré un cuerpo perdido, unos ojos metidos en sí mismos ya acostumbrados a ver otra cosa, otro cuerpo y otro hombre. Salí con el perfume en la mano, tocándome el pelo todo el tiempo, odio estar despeinado, y me senté a esperar, no sé, me pareció que debía respetar todo lo sucedido, las secuencias que me habían llevado hasta la puerta de tu casa. Esperé. Sé que repetí una espera, una demora que ya había vivido varias veces, esas horas que se plagian y que nos otorgan el mismo lugar, la misma ubicación. Te vi salir y me puse de pie, pero no me viste, estaba oscuro, y tiraste la bolsa en el cesto y estabas como enojada, no sé. En ese mismo instante me llené de olvido y lloré porque sentí miles de culpas en mis manos, bien dentro de mi cuerpo, porque me sentí injusto y egoísta. La luz de la cocina estuvo encendida hasta tarde, el frío me untó la boca y los ojos, y me fui, claro.

Ahora, el perfume es como una pista, una seña que me permite seguir, una corazonada a cualquier hora, cuando pienso que esto que llamo hogar desea mutar y cobrar vida. ¿Dónde estarás mientras lees esto? ¿Dónde estaré yo? Igual es lo que menos importa, “vos y yo”, ¿no?



Over.