lunes, 28 de marzo de 2011

¿Credo quia absurdum?




Sin lugar a dudas, desde el nombre mismo de la película, uno puede sospechar que la morosidad narrativa será un hecho. Comprobada la conjetura, se solicitan planos lentos, miradas frenadas, repetición de sucesos, encuadres fundamentados, palabras justas, silencios. Silencios. Todo es concedido.

Lourdes es una película tediosa, en la que la empatía es dolorosa y hasta uno quisiera no verla, esquivar esa sensación pobre-gente-qué-castigo-estar-así.

Lo interesante, quizás, es que todo sobrevuela con tal sutileza lo concerniente a la religión católica, la atribulada fe en lo sobrenatural, el deseo de entender un supuesto misterio y la convicción de que en realidad creemos para no desesperar, que nada nos conmueve aún cuando sabemos la verdad más profunda.

La actuación de Sylvie Testud es impecable, dueña ya de un código gestual completo. El resto del elenco se ajusta a lo que se quiere mostrar, y una palabra en voz alta es suficiente para establecer la atención.

El baile final es de una agudeza memorable, con todos los ingredientes que se fueron dosificando a lo largo del film. La sonrisa ante la duda, ante la posible resignación de la protagonista, nos implora la reflexión. Una película que guiña con sagacidad e ironía, a toda la cultura católica de occidente. Y al ser humano en su conjunto.


Over.


sábado, 26 de marzo de 2011

Shhhh!

Ni mejor ni peor, ni me gané la lotería de saberes. Es no preguntar esta foto. Hay días en que sos el pequeño iceberg de atrás. Hay días en que sos la silla. La silla o ella. Que parecen todo lo mismo y no lo son.
Pequeño iceberg.
Azul.




Over.

viernes, 25 de marzo de 2011

Permanente.

Tanto miedo les habrá dado el sueño, que quisieron quemar hasta la última gota de luz. No pudieron. La flor siempre teje vida. Y gana. Y no olvida.

Los demonios necesitan ayudantes. Los caminos de su barbarie son construidos por colaboradores. ¿Estás seguro de que en tu vida no sos uno de ellos? ¿Con quién colaboraste hoy? ¿A quién le regalaste tu cobarde y vulgar silencio? ¿A quién, tu boba aquiescencia?













Y van cuatro. Cuatro

Over (nunca)

miércoles, 16 de marzo de 2011

Home.




Over.

Ay!

En esta época en la que el prefijo “post” abunda por falta de definiciones, casi como una muletilla precaria y provisoria, se suele olvidar que muchas veces lo evolutivo no es más que una dialéctica forzada, una imposición semántica a lo que se mantiene inamovible.

Y así, ya los griegos (geniales pero con todo por descubrir, eso sí) evaluaban impresiones sobre el dolor y sus consecuencias. Carentes de casi todos los medios de comprobación actuales, sus inferencias no sólo asombran por tal motivo, sino por lo ajustadas y precisas que terminaron resultando.

Así, recuerdo el afamado comentario sobre el dolor atribuido a Diodoro Sículo, el conocido historiador griego. Reza:

“El dolor es el estado natural, si se quiere, la norma, y se da por su ausencia, el mal llamado bienestar (…) no es más la euforia, que el estado de ausencia de dolor; y todo lo que la exacerba, no es más que su extensión en el tiempo. Todo placer representa una postergación o anulación momentánea del sufrimiento, y por eso debe llamarse euforia (…) ya que es la euforia la que mejor representa el estado, una breve e intensa conmoción de todos los sentidos, adormeciendo, por qué no, a la razón. La relajación de esfínteres, el orgasmo, la sal, el vino, la risa, todos eficaces embaucadores del inevitable sufrimiento en el que vivimos día tras día.”


Más allá de las diversas lecturas e impugnaciones al texto anterior, el cual a primeras luces no ofrece una suerte de ataraxia estoica ni una recompensa ulterior al estado descrito, es interesante como promulgación única de adversidad, abandonando al hombre a una inevitable aquiescencia y resignación.


Over.

Ufa!





Over.

martes, 15 de marzo de 2011

Gobbledygook

Tame time and paint the town,
suspendidos en el tiempo, una molécula imposible, invisible a todas las leyes de la física, por esta noche, hasta que den las doce en los relojes del mundo, y nosotros, interrumpidos por esta noche que es todo.

Let’s tame time,
y el paréntesis existencial nos permite la excepción, dale, es el mismo recorrido, la periferia del amor, las trincheras del olvido a todo vapor, por este instante domado, el tiempo que se deja domar,

Let’s paint the town, red or yellow, yellow,
dentro de la cáscara de nuez, esta nutshell del hastío espantada por un rato, falsamente abierta para que el permiso sea real. Y que así sea.

Que así sea.


Over.


domingo, 13 de marzo de 2011

Palabritas



Caminan sin ruido, discuten sobre vaguedades, problemas en el trabajo y ahorros para las vacaciones, el helado ya no es lo mismo, son adultos, los veo, caminan sin ruido, llevan bolsas, controlan el teléfono, planean un color nuevo para las habitaciones, el alquiler vuelve a subir, yo los veo, caminan entre todos los que caminan y yo estoy acá,

yo estoy acá,

incrustado en la escena, ella me pide fuego, no tengo, siguen caminando, atrás viene más, de a uno, de a dos, de la mano, alguien se ríe, caminan. Y yo, en segundo plano, mientras ella me pide fue fuego y yo no tengo, recuerdo los versos de Ugo Foscolo:
“Soy esclavo de mí y de los otros / conozco lo mejor y no lo elijo / y sé invocar a la muerte y no matarme.”
Ellos siguen caminando. Así voy.


Over.

jueves, 10 de marzo de 2011

Pozo negro

Un talismán invertido, atascado aquí,
Llano y premeditado, atascado aquí
Entre lo que adivino y el barro existencial

Lo que siento a fuerza de no sentir
Peregrina telaraña que me sangra
Aquí atascada, entre lo que suelto

Un tren lleno de gente sobre mi cuerpo
Atado al tuyo, improvisando secretos
Viajes sobre ti, y las ganas de caer

Duraré toda la noche, seré toda la vida
Encendido de hoy, horas en tu nombre
Bajamar del deseo, ya caí.



Over.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Así - I



I


Sería así: tomemos por un instante al “sí” y al “no” como absolutos, sin casi ninguna correspondencia a una acción o decisión. Bien, si ahora dejamos entrar alguna relación a esos adverbios, en primer lugar podemos evaluar nuestra tendencia a lo positivo o negativo, aunque no es tal el objetivo de este texto

En realidad, la idea implicaría que, tomados como absolutos, y luego abiertos a relaciones, en términos generales, el “sí” es preferible al “no”, basándose en que lo irreversible está más plenamente asociado al adverbio de negación.

Más allá de ejemplos puntuales o espirales semánticos, podemos atribuirle a lo reversible la condición de cambio, y de ahí, ante esa posibilidad, auguramos una salida. La vida se trata de salidas.

En un paso posterior, unimos a los términos en cuestión, lo positivo y lo negativo. Claro está que no siempre es correcta la asociación, pero advertimos que casi todo lo que es alcanzado por el “sí”, tiende a estar del lado de lo luminoso y del buen augurio, mientras que el “no” talla buena parte de su poder en lo oscuro y encerrado.

Ahora bien, de qué se trata realmente una actitud positiva frente al curso de la vida. ¿Acaso es definible como algo meliorativo con relación a nuestra actitud frente a los hechos? ¿No podríamos ser juzgados, asombrosamente pero con toda justicia, por estar soslayando una posición necesaria ante quien debe ser condenado, con esa fácil condición de fulgor constante?

Se podría acordar con esa idea generalizada del “sí”, de su dosis aparentemente más beneficiosa, pero cuál es el precio que pagamos forzando esa incesante cuota de soma. Qué jugosos beneficios obtenemos ante el esquivo acatamiento de nuestra más profunda piel.


Over,

Así - II

II

Expuesto lo anterior, encuentro oportuno permitir que mi exposición descanse sobre un texto preci(o)so que escribiera Nietzsche en su famoso Más allá del bien y el mal. Transcribo:

(…) en el fondo de nosotros, totalmente “allá abajo”, hay algo rebelde a todo aleccionamiento, una roca granítica de fatum (hado) espiritual, de decisión y respuesta predeterminada a preguntas predeterminadas y elegidas. En todo problema radical habla un inmodificable “esto soy yo” (…) Muy pronto encontramos ciertas soluciones de problemas que constituyen cabalmente para nosotros una creencia sólida; quizás lo llamemos en lo sucesivo, nuestras “convicciones”. (231)

El filósofo habla desde la experiencia y la observación, sobre una realidad que años más tarde la ciencia explicará haciendo uso de los genes y las estructuras de ADN. Pero a qué hace referencia exactamente. Bueno, desde el sentido atávico hasta el inevitable ordenamiento de nuestro ser. De la imposibilidad de excluirnos, de jugar a ser otro con la ilusión de transformarnos.

En nada ni en nadie nos podemos transformar, somos nosotros, roca impenetrable y final. Haremos toda la fuerza del mundo para alejarnos de nuestros fantasmas, esos mismo espectros que alimentamos por las noches con dedicación y esmero. Escucharemos palabras de ocasión, instrucciones, consejos. Pero seguiremos untados de melancolía y nostalgia, porque así nacimos, los que nacimos de este lado, y será nuestra vida el férreo anhelo de no pensar más de la cuenta.


Over,

Así - III


I
II


Porque pensamos y mucho. Me dice L. de repente y sin preparación previa: pensar mucho y rápido sólo conduce a algo negativo. Y cuánta razón hay en esa sentencia. Cuánta corroboración de lo inalterables que somos. Hay como una necesidad de saber por qué todo fue tan evidente desde el primer momento, cuando quizás sólo podíamos aspirar a dos o tres falsos amaneceres y una verdad para siempre.

Pero acá estamos, inundados de lecciones de positivismo, respiración acompasada y la necesidad de transformar a nuestros cuerpos en objetos resbaladizos donde casi nada se detiene

Seguirán los días ahuyentando catástrofes, todas signadas por la certeza de saber qué sucede. En el centro del cuento que somos, de esa narración que nos tiene como actores, seguimos en tiempos de luz, con la razón agazapada de oscuridad y última palabra.

(ahora sí) Over.

viernes, 4 de marzo de 2011

Through






Pongamos que decidimos narrar cinematográficamente la historia de una tortuga. Una de las tantas posibilidades sería una sucesión de planos de pies, dedos, hojas de lechuga, zanahorias, y una letanía de planos de luz, oscuridad, viento, etc.

Bien, ahora pongamos que decidimos narrar la historia de un custodio (¿es lo mismo un guardaespaldas?). Ya tenemos varias demostraciones en la historia del cine, casi todas de películas norteamericanas, en las que el hombre en cuestión muestra su valor, su entrega, se enamora de la hija del presidente o muere entregando la vida.

Rodrigo Moreno nos ofrece una interesante perspectiva, aun cuando uno presuponga que se trata de algo un tanto obvio.

El Custodio es simple: la historia de un guardaespaldas (sí, es lo mismo, che!) que al parecer tuvo algún momento de gloria, y que actualmente acompaña al Ministro de Planificación de acá para allá. Y desde el comienzo hasta el final, somos él, el custodio, su lacónica mirada sin interferencias, su oscuridad sin contrastes, su imposible insensibilidad, su drama. Su drama vacío. Vacío.

La película es nada, y eso está incrustado en la imagen, con rostros y conversaciones en segundo plano, un papel principal que se hunde en sí mismo. Una actuación magistral. Un guión que no puede cambiarse, porque se adapta de manera perfecta a la idea. Podemos cuestionar la idea, pero no el guión. Podemos cuestionar la narración, pero no el modo en que está narrada. Y podemos discutir el final hasta el año que viene, eso sí, eso sí que lo podemos y lo debemos hacer.




PD: Con el diario del lunes, yo hubiera evitado el “crimen”, y casi como un autómata, lo hubiera hecho manejar por la ruta, y que de repente, en un cuadro lejano, entre médanos, por ejemplo, se adivine el mar, y de golpe fundo a negro. Digo. Hay que ver la peli.



Over.

Think!


Busco una palabra: ¿asqueroso?, ¿burdo?, ¿lamentable?, ¿triste?. Qué decir del periodista, el editor, cualquier ser humano que ha elegido el periodismo como vocación, y debe pertenecer a un diario argentino que expone en primera plana que según un informe de Estados Unidos de Norteamérica, es alarmante el aumento del consumo de cocaína en Argentina.

Pensamos al instante: ¿Puede el mayor consumidor de drogas del mundo, "alarmarse" por aumento del consumo en otro lugar? ¿es por temor a no ser potencia también en eso? ¿Es creíble, confiable, siquiera legible, tal informe?
¿Puede un diario argentino llegar tan bajo?

La mayor potencia del mundo, con el mayor arsenal armamentístico, y el ejército más "profesional", hace nada para combatir el tráfico de drogas, es el primer consumidor de sustancias ilegales, y encima emite informes sobre otros países. Y ese otro país, levanta el informe y lo manda directo a primera plana.

Permitir que nos insulten con estas noticias, es ser mediocre también. Ni patria ni patrioterismo. Defensa del sentido común y la inteligencia.

La nota


Over.

martes, 1 de marzo de 2011

Pozo negro

Te dejo esto: una isla y algunos candados.
Yo no guardé nada, y vos te llevaste las pastillas.
Quedaron los puentes llenos de preguntas, los números de emergencia, las madrugadas salvajes. Teléfonos.
El sueño de los teléfonos lloviendo, eso no quedo para nadie. Para nadie.

Over.