jueves, 23 de mayo de 2013

Serpientes y Vida. La tercera de Iosi Havilio.




Me pregunto, escrupuloso, si hay un ligamen entre esta novela y la anterior del mismo autor, Open Door. Me pregunto si atesora esa afirmación alguna diferencia, si la enaltece, la neutraliza o la obliga a otra lectura. No me contesto nada, no quiero, no me interesa. Porque volvió la misma abundancia de vacíos y pasos inútiles. La total aquiescencia de vivir de una innominada mujer que ahora tiene a su hijo.

Paraísos se va abriendo con una naturalidad que no sorprende. La certeza incuestionable de que lo que cae, termina cayendo, más tarde o temprano, en la tierra que lo frena. Y así va nuestra protagonista, lanzada desde el campo a la ciudad, para hundirse sin reparos en el bajofondo: un camino que emula su interior, el desarrollo de la caída en la que ya venía desde hacía años.

Esta vez, por qué no decirlo, el argumento pierde más sustento aún, es menos asombroso y resalta menos la hondura de un derrotero que el esbozo de una adultez reflexiva y agobiante.

Vuelve Eloísa como el faro adolescente, motor de las drogas y el sexo sin romances. Aparecen la muerte inexorable, la candidez del diferente, la brutalidad del alcohol y la pobreza, la soledad del extranjero, y el escenario que va acompañando todo la narración: el zoológico.

Por momentos, sólo por momentos, pareciera que las acciones se desarrollan sin sentido, que nada fue elegido como símbolo. Dura poco, vamos acomodando los personajes y los hechos con hermosa facilidad. 

No hay mucho más que decir, pero si se apura un resumen, no hay demasiadas posibilidades: El dibujo de una serpiente que abre la nueva vida al final de la novela. Queda claro. Clarísimo.  

La tercera novela de Havilio lo posiciona en un lugar altísimo de la actual literatura argentina. No hay caso, todavía el país sigue siendo el granero del mundo y una usina asombrosa de autores. Bien. Muy bien. 


Over.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ganaste de mano !la estoy terminando.. Ella , me dan muchas ganas de pegarle por momentos " para loca, tenes un hijo, la puta madre, no lo dejes tirado ahí " y a la vez me atrapa su derrotero. Ella es fatal.. Havilio se fue a vivir al tigre. Soy su fan numero uno. Y tuya tb. :)
B